Cierro los ojos y veo. Me veo en mis orígenes:
soy carga genética; soy materia; soy un corazón que late.
Cierro los ojos y me veo. Me veo llegando al
mundo. Siento la ternura de mi madre y la presencia protectora de mi padre. Mis
pulmones se llenan de aire por primera vez.
Entonces, miro más allá. Me veo en esta vida,
o en otra. Me veo en este universo y me veo en todos los universos paralelos.
Me veo cabalgando por las afueras de Constantinopla y me veo sostener un niño
en brazos, mientras soporto el frío siberiano. Me veo llorar a mis muertos, al
mismo tiempo que lloro al recibir a mis hijos. Me veo gobernar una manada con
fiereza, mientras en otro universo, no valgo más que un esclavo al que le
cuentan las costillas, bajo la atenta mirada de Hécate.
Comando un ejército de un millar de hombres
dispuestos a dar la vida por mí. Mientras tanto, duermo en el banco de una
plaza a la que llamo hogar. Quizás se trate de un futuro lejano. Tal vez, sea
un futuro cercano. Tal vez no sea.
Me veo envejecer. Siento cómo la piel se aja y
la fuerza me abandona. Me veo morir y renacer mil veces y una. Me veo siendo el
centro del universo. Me siento fuerza creadora;
fuente de vida. Soy calor
abrazador y soy kilómetros de una muralla de hielo. Soy piedra. Pero también
soy el agua y el viento que la erosionan.
Soy la vida y la muerte en una sola representación. Soy la serpiente que
se muerde la cola.
Me veo hablar las antiguas lenguas y veo cómo
me quedo sin palabras. Veo en mí a cada hombre y cada mujer que han pisado esta
tierra. Veo en mí a cada criatura salvaje y cada vegetación. Siento como hecho
raíces mientras el viento me eleva y me transporta. Siento como recorro
manantiales y cómo me balanceo en el océano. Lo soy todo. Lo soy todo, mientras
no soy nada. Y, ahora que me reconozco en cada ser, puedo ver con mil ojos a la
vez.
Entonces abro los ojos y lo comprendo. Me veo.
Me veo en cada rostro. Me veo en cada cosa. Soy la esencia misma.
M.
fan n°2
ResponderBorrarN.C.M