Si hay un tema en este mundo que me resulta
ajeno, ese es la moda. Más todavía si se trata de la moda en todos sus
criterios. No tengo idea sobre qué esta de moda en cuanto a vestimenta, no
conozco cuál es la banda de moda y, muchísimo menos, cuál es el balneario de
moda.
Pero, como tengo que escribir sobre algo, voy
a escribir sobre moda en sí. Hago un poco de memoria y recuerdo haber leído, en
algunos apuntes que ya no encuentro, que la moda ha sido usada por las clases sociales
privilegiadas para distinguirse de aquellas más bajas. Por algo, podemos
reconocer si una silla es estilo Luis XV o Luis XVI. Por eso, reconocemos
enseguida una imagen de María Antonieta o de Victoria. Cada corte generaba su
propio estilo, ya sea de vestimenta, de etiqueta y sus costumbres particulares.
Mientras es la elite la que marca tendencia,
aquellos que anhelan llegar a esa posición privilegiada, no les queda otro
remedio más que imitar esas modas. Por supuesto, que estas modas son dejadas de
lado en cuanto se propagan y se cambian por una nueva moda exclusiva.
En definitiva, la moda es la necesidad de
algunos pocos de diferenciarse del resto, en paralelo a la necesidad de muchos
de pertenecer a ese grupo de unos pocos. Quienes estaban al tanto de este
detalle, son aquellos que fomentaron las sociedades de consumo. En un mundo con
más producción que consumidores, era necesario plantar en la sociedad la
necesidad de hacerse notar a través de los objetos. Porque, si fuera por
utilidad, Ford seguiría produciendo el Ford T y, justo, hoy por la calle, no vi
pasar ninguno.
Entonces se empezaron a producir modelos más
sofisticados de cosas que ya poseíamos. La publicidad fue la encargada de
hacernos creer que no podíamos vivir sin esas mejoras. Por supuesto, que el
plan funcionó a la perfección. Y sigue funcionando. Lo veo en cada celular
nuevo y lo veo en cada red social. Porque eso también es una moda. Y parte de
esa moda, es exhibirse. Lo que
mostramos, muchas veces, es un aspiracional, más que lo que somos en realidad.
Pero así es el mundo, y las modas siguen
desfilando una tras otra, mientras algunos las imponen y otro las persiguen.
M.
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