Según el diccionario, el contraste se define como la
diferencia relativa en la intensidad de color entre un punto de una imagen. Si
lo aplicamos a la vida real, la imagen es el mundo y los puntos somos nosotros.
Cada uno con su contraste, cada uno con su intensidad.
Un mundo lleno de puntos oscuros y otros luminosos. Todos
ellos con su luz propia (el nivel de luminosidad varía según la personalidad)
que brillan y se hacen notar a su manera.
Siempre disfruté de ese contraste tan variado que existe a
mi alrededor, ya que aun intento descubrir cómo será mi intensidad. No la veo o
simplemente no me doy cuenta de ella. No sé cuál es mi grado de contraste,
porque siempre intente mimetizarme con el fondo y pasar desapercibido. No
llamar la atención era mi regla principal, de esa manera nadie me notaria y de
esa forma no me molestarían, pero aprendí con el tiempo que a veces es algo
inevitable. Simplemente llega el momento en que es hora de brillar y resaltar
un poco de este triste fondo gris. Solo espero hacerlo bien. Solo espero que
sea gradual y no cagar toda la imagen, ya que hay otros puntos que me agradan y
aprecio. Así que, de momento, solo comenzare con un contraste de un 5%.
Richard
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