"Me
acosté con la fe y encontré un cadáver en mis brazos al despertar, me bebí y
bailé toda la noche con la duda y la virgen de la mañana encontré".
No
recuerdo la primera vez que lo ví. Supongo que fue al sostener el vinilo de
Sargent Pepper's lonely hearts club band. Él estaba ahí, parado en blanco y
negro, desconocido, impertérrito, entre Sri Yukteswar Giri y Mae West. Los años
pasaron, los discos también y la vida nos cruzó de nuevo en algunas leyendas de
Led Zeppelin. Si hubo o no hechizos, no lo sé. Tampoco lo reconocí entonces, su
nombre no me era familiar. Seguíamos siendo extraños.
Pero no
faltaba mucho para que nos rencontráramos. Eran los años 80, el disco era
conceptual, la banda inglesa y el título aludía a su novela. Ese fue el día que
fuimos formalmente presentados.
La
religión nunca fue para mí más que bibliografía, alguna más interesante que
otras. El sustento verídico de las mismas me tiene sin cuidado, pero toparse
con la mismísima bestia, no es algo que ocurra todo los días. Si era o no, el
peor hombre sobre la tierra, es discutible. Wiston Churchill lo odiaba. Gran
Bretaña entera lo odiaba y no le faltaban motivos. La magia negra pudo o no
haber existido. La casa frente al Lago Ness con el pentáculo en su interior existe.
Así la encontró Jimmy Page al comprarla.
Del
cadáver exquisito de Aleister Crowley quedan pocas en claro. Edward es un hijo
de padres religiosos, en algún poblado de Inglaterra. ocultista, místico,
alquimista, bisexual, mago ceremonia y fundador de la religión de Thelema.
Justamente,
es el dios Horus quién le dicta “El libro de la Ley”, cuyo conocimiento estaba
destinado a liberar al hombre. El leiv Motiv de su religión era “Haz lo que
quieras”: Según este principio no hay ley por encima de la voluntad individual.
Por supuesto, que así lo hizo Crowley, quien se intaló en Italia, junto con sus
dos amantes y todo aquel que lo siguiera, a llevar una vida comunal plagada de
libertad sexual, drogas y magia. Pero una muerte empaña todo y el escándalo hace
que Mussolini ordene la expulsión de toda la comuna. Pero la idea se había
echado a rodar y gente como Charles Manson se encargarían de llevarla a un
nuevo nivel.
Pelirrojas,
hijas de la luna y bodas químicas después, el hippismo populariza los conceptos
con los que Crowley busca escandalizar. Muere solo y nadie siquiera reclame su
herencia. Su legado es la escritura. Su cita es obligatoria en los textos sobre
diabólicos. Pero en realidad, Aleister nunca dejó de ser aquel niño intentando
escapar de la represión familiar. Si su maldad lo hacía visible frente a su
madre, él sería visible ante los ojos del mundo. El hombre era pequeño, la
leyenda es gigante. Que el mismísimo lucifer conserve su alma.
M.
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