Desde
el momento en que nacemos formamos parte de una familia, tradicional o no. No
hay escapatoria. Desde chicos jugamos al
papá y la mamá. Desde los medios de comunicación van a mandarnos el mensaje subliminal de
formar una. Así es como desde siempre existieron las más variadas y recordadas
familias que nos acompañaron ayer y hoy…y lo que es peor, nos acompañarán
siempre.
Cuál
será la nuestra, es lo que iremos descubriendo a lo largo del camino. Pero si
observamos entre los ejemplos que nos dio la televisión encontraremos entre las
familias de la vida cotidiana muchas semejanzas. Hay diferentes y variados
modelos para elegir, por ejemplo están los Addams, más conocidos como Los locos
Addams, quiénes se autodenominaban como “una familia muy normal”, el mensaje
sería que ninguna familia es normal o que normal es cualquier cosa.
Los
Picapiedras serían otro de los modelos que tenemos a consideración, dónde todos
son cavernícolas que comparten las aventuras que les toca vivir. Los Simpson
una de las familias más representativas de los dibujos animados en los últimos
tiempos. Donde encontramos un padre vive
tomando cerveza, una madre abnegada, un hijo que se mete en líos, la hija traga
y la bebé que es la hija de la vejez.
Quién
no conoce a una Elizabeth Mongomery, la protagonista de Hechizada, que contra
todo pronóstico formó su familia y “mágicamente” le soluciona la vida a los
suyos, vamos hagan memoria. Eso sí, en toda familia hay uno o más representante
de la familia Cuellen, los vampiritos de Crepúsculo, que te chupan la sangre,
la billetera, la vida. También encontraremos familias que fueron precursoras de
las familias integradas como pudimos ver en Blanco y negro, dónde un padre
adinerado adoptaba a dos niños de Harlem, de color claro. Una familia que
siempre me hizo ruido fue la de Bonanza, un semillero de muchachos gay para mi,
qué se yo…uno que piensa mal y acierta. Pero los peores de todos son esos, los
que vivían en La pequeña casa de la pradera, sí los Ingalls, con su pobreza a
cuestas y unos valores que daban miedo. Menos mal que estaba Nellie Oleson, que
con su maldad hizo las delicias de los televidentes, desde cuando lo dulce
corta la sed, como dice una marca de gaseosas.
La
familia es una lotería ya lo decía mi abuela que gracias a Dios se marcho a
vivir con él, porque cuando vivía con nosotros la casa era una batalla campal.
Una madre que parió a once hijos y una sola hija que se hizo cargo de su madre.
Y mi suerte, ser hijo justo de esa única hija que se hizo cargo de su madre. Por
suerte uno va creando lazos y si bien es cierto que uno va formando una familia
paralela que son los amigos, la que nos toca por herencia hay que fumarla. Igual siempre
hay un familiar que nos alegra la vida, un primo con el que compartimos todo tipo de aventuras cof,
cof…no piense mal o sí, por mi haga como quiera, quién soy yo.
Por
mi parte, siempre supe que no quería formar una. Al menos una tradicional,
ahora ya sé que no podría. Pero hablando en serio nunca quise ser ni padre, ni
tutor, ni encargado. Me da cosa saber que alguien va depender de mi para
siempre. No se me da. Quizás en otra vida tenga más valor para lanzarme a esa
aventura.
Alito
Alito
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