14 de enero de 2015

La Familia

Desde el momento en que nacemos formamos parte de una familia, tradicional o no. No hay escapatoria. Desde chicos jugamos  al papá y la mamá. Desde los medios de comunicación  van a mandarnos el mensaje subliminal de formar una. Así es como desde siempre existieron las más variadas y recordadas familias que nos acompañaron ayer y hoy…y lo que es peor, nos acompañarán siempre.
Cuál será la nuestra, es lo que iremos descubriendo a lo largo del camino. Pero si observamos entre los ejemplos que nos dio la televisión encontraremos entre las familias de la vida cotidiana muchas semejanzas. Hay diferentes y variados modelos para elegir, por ejemplo están los Addams, más conocidos como Los locos Addams, quiénes se autodenominaban como “una familia muy normal”, el mensaje sería que ninguna familia es normal o que normal es cualquier cosa.
Los Picapiedras serían otro de los modelos que tenemos a consideración, dónde todos son cavernícolas que comparten las aventuras que les toca vivir. Los Simpson una de las familias más representativas de los dibujos animados en los últimos tiempos. Donde encontramos un  padre vive tomando cerveza, una madre abnegada, un hijo que se mete en líos, la hija traga y la bebé que es la hija de la vejez.
Quién no conoce a una Elizabeth Mongomery, la protagonista de Hechizada, que contra todo pronóstico formó su familia y “mágicamente” le soluciona la vida a los suyos, vamos hagan memoria. Eso sí, en toda familia hay uno o más representante de la familia Cuellen, los vampiritos de Crepúsculo, que te chupan la sangre, la billetera, la vida. También encontraremos familias que fueron precursoras de las familias integradas como pudimos ver en Blanco y negro, dónde un padre adinerado adoptaba a dos niños de Harlem, de color claro. Una familia que siempre me hizo ruido fue la de Bonanza, un semillero de muchachos gay para mi, qué se yo…uno que piensa mal y acierta. Pero los peores de todos son esos, los que vivían en La pequeña casa de la pradera, sí los Ingalls, con su pobreza a cuestas y unos valores que daban miedo. Menos mal que estaba Nellie Oleson, que con su maldad hizo las delicias de los televidentes, desde cuando lo dulce corta la sed, como dice una marca de gaseosas.
La familia es una lotería ya lo decía mi abuela que gracias a Dios se marcho a vivir con él, porque cuando vivía con nosotros la casa era una batalla campal. Una madre que parió a once hijos y una sola hija que se hizo cargo de su madre. Y mi suerte, ser hijo justo de esa única hija que se hizo cargo de su madre. Por suerte uno va creando lazos y si bien es cierto que uno va formando una familia paralela que son los amigos, la que nos toca  por herencia hay que fumarla. Igual siempre hay un familiar que nos alegra la vida, un primo con el  que compartimos todo tipo de aventuras cof, cof…no piense mal o sí, por mi haga como quiera, quién soy yo.
Por mi parte, siempre supe que no quería formar una. Al menos una tradicional, ahora ya sé que no podría. Pero hablando en serio nunca quise ser ni padre, ni tutor, ni encargado. Me da cosa saber que alguien va depender de mi para siempre. No se me da. Quizás en otra vida tenga más valor para lanzarme a esa aventura.

Alito






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