17 de febrero de 2015

Lo necesito, me pica

Hay días en que el dinero es en lo único que pienso, pienso en las cosas que no tengo y que quiero. Quiero todo lo que todos quieren, y puedo decirles que mi familia siempre quiso lo que no pudo tener.
Vengo de familia humilde, con una clara patología, y nuestro peor problema es que vivimos de apariencias. Me incluyo, pero les aseguro que lo trato en terapia.
Recuerdo que de chico comíamos lo más barato, pero yo siempre tenía ropa nueva, calzado de marca y el orgullo de Soraya Montenegro.
Tan es así que mi vieja siempre me mandaba a las excursiones escolares (excursiones que no podía pagar y por ello llegaba a gatas a fin de mes) orgullosa, pero sin un mango.
Para que se hagan una idea es como ir a Disney pero no poder subir a los juegos.
Por ende, y llegando a la actualidad (que feo ser viejo) es que les hablo de compras compulsivas.
Al principio fueron las consolas de videojuegos, luego las tablets, las notebooks, y todo articulo caro que representara un estamento mayor al que tengo.
Les puedo asegurar que el peor momento de mi vida es cuando nos abrieron una cuenta crediticia.... y llegaron ellas "las tarjetas de crédito".
Seres inanimados y nefastos que nos dieron la sensación de poder, pero de mentirita.
Si, la compulsión está ahi. A veces me fuerzan a lo peor... a veces, me susurran promesas de grandeza, todo falso, todo de cartón.
Todo es mentira, la compulsión me obliga a ser quien no soy, a querer algo que no necesito y que por cierto me deja con más compulsión que antes.

Me voy a comprar algo, no sea cosa que me cure antes de tiempo.

Tin

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