30 de marzo de 2015

Monstruo

Yo queria ser otro, quizás uno mejor, quizás uno sin fuerza de voluntad. Pero no pude, me tocó ser el monstruo, ese que desvirtúa hasta los pensamientos.
Un día desperté y entendí que si quería podía tener al mejor de los gladiadores.
No era necesario pensarlo dos veces, con desearlo era suficiente.
Y así comenzó la época oscura, la era de la mano de hierro, el tiempo de la autoridad.
Le dedique horas, dias, meses al plan.
Un día me vestí de humano y salí a con(trolar)quistar a los transeuntes del mundo, una sonrisa, un abrazo y un te amo fue suficiente.
Para cuando me di cuenta era el rey del mundo y nadie se negaba.
La coronación fue un tanto precaria, pero no dejó de ser lo que quería.
Llegué a un punto insostenible, odiaba manejarlos a todos, nadie dejaba de hacer lo que quería.
Los odiaba, y aún hoy los odio.

Volví a la oscuridad, no hay nada mejor que dejar de hacer de los humanos títeres.

Quizas hoy los deje pensar que ya no los veo, quizás hoy los deje pensar que son libres.

Tin.

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