9 de marzo de 2015

Neblina Verbal

Podía decir lo que sea, podría sentir lo que fuera... él era la maquina perfecta, podía creer dos o tres veces cualquier cosa antes de decirla. Así nació, así se crió, así se lo hicieron creer. Fue fuente de muchas cosas, pero nunca de la verdad, nunca de la manera fácil. Todo en este mundo tiene un por qué, él simplemente lo inventa y puede hacer que cualquiera lo crea. La verdad es un velo, la mentira es lo que nos rodea y gracias a ello siempre pudo manipular la realidad. El amo de las mentiras, y no por ser un mentiroso sino por creer en ellas y hacerlas verdad. A veces una mirada, a veces una coincidencia. Una mentira que sea verdad y muchas verdades que ya no lo sean. A menudo me he topado con él, o soy yo, o somos ambos, o no es ninguno. 
Mientras tanto todos lo aman, o le mienten, sin saber que le dicen la verdad... la verdad es que es una mentira, la mentira es que no es verdad. Nunca se lo cruzaron? Sonríe, encanta, y cuando eso pasa todas las mentiras son verdad. Dicen que tiene patas cortas, dicen de él lo peor, dicen de él lo mejor, dicen y se desdicen en sus propias pisadas. Suele ser cruel, suele ser sutil, suele ser un infeliz, pero uno lo quiere por crear la verdad, por moldear una mentira que se hace la mejor de las verdades. Lo miro a diario, o él me ve... y nos sonreímos en silencio. Es mentira. Tin.

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